El tratamiento finaliza con la aplicación de una emulsión final para aislar la piel de las amenazas externas (disponible en 3 texturas adaptadas a las distintas necesidades).
El trabajo se completa con una máscara tratante con efecto oclusivo, que sella y refuerza las acciones previas. Para activar el tratamiento es posible escoger entre una máscara de luz led o con efecto vibratorio.
La tercera etapa consiste en la estimulación y apertura mecánica de más de 200.000 microcanales. Perforaciones microscópicas, completamente indoloras, que permiten alcanzar las capas más profundas de la piel, rellenando y eliminando cada arruga, marca o cicatriz de forma específica.
Mediante una doble exfoliación, química y mecánica, se rompe el adhesivo que sostiene las células muertas más resistentes. Se afina así la capa exterior de la piel, volviéndola más receptiva al siguiente paso.
El protocolo comienza con una limpieza en profundidad mediante productos dermacéuticos para eliminar posibles residuos (sudor, grasa, etc.).
Por primera vez, y sin necesidad de recurrir a las técnicas más agresivas, un tratamiento permite corregir cada imperfección de forma personalizada.
Desde el primer momento, la piel queda visiblemente más lisa y relajada, con una textura más suave y una mejora notable de la circulación sanguínea.